Dos días de guardia me han bastado para ver la sanidad que viene. No la que vendrá, sino la que tenemos. Hemos tocado fondo y hemos perdido derechos teniendo las mismas obligaciones, o más. Este fin de semana, trabajando en mi farmacia he podido comprobar como venían pacientes desde las consultas del médico y tenían que costearse el 100 % de su tratamiento; muchos de ellos porque los medicamentos que les prescribían están recientemente excluidos de la Seguridad Social y otros muchos porque la Seguridad Social no tiene dinero y donde antes recetaban tres productos, ahora se recetan litros y litros de agua y de leche con miel.
No podemos pasar de un extremo a otro. Nos tenemos que concienciar todos (médicos, pacientes, farmaceuticos,...) que las reglas de juego han cambiado, pero necesitamos que nos enseñen el nuevo modelo. Cuando puedo ir a urgencias y por qué, que patologías me va a tratar el médico y cuales no, en que momento es indispensable que vaya al médico para evitar enfermedades peores, qué programas informativos y preventivos vamos a tener para evitar enfermar o para detectar precozmente una enfermedad,... Todos estos son aspectos que creo que el Ministerio de Sanidad tiene que abordar.
Mi consejo como farmacéutico es que crezca en el interior de todos los que estáis leyendo estas palabras un sentimiento crítico, hacia los que nos están gobernando tanto de un partido como de otro (tienen dinero para darle a unos sectores pero no para pagar una sanidad digna) y que seáis lo suficientemente capaces para distinguir un problema importante de salud, de uno que no lo es; y así poder solucionarlo cueste lo que cueste, porque aunque no estamos educados así: no hay mejor dinero, que el se gasta uno en si mismo. Y aunque suene a topico: la salud es lo más importante (espero que no penséis que os voy a vender un seguro de salud, aunque desgraciadamente con los años, todos, incluyendome a mi, tendremos que pasar por el aro)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario