viernes, 27 de marzo de 2015

Airbus A320: la era de la comunicación

Después de que se conociera que Andreas Lubitz había estrellado deliberadamente el Airbus A320 que copilotaba, surgieron muchas preguntas en la cabeza de todos. ¿Por qué lo hizo? ¿Tenía algún tipo de humanidad una persona que le roba la vida a 149 personas? ¿Cuales son los motivos que llevan a una persona a hacer semejante barbarie? ¿Se puede tener tanto odio en el interior? e incluso nos podemos preguntar: ¿por qué existe el mal? Muchas muchas preguntas surgieron en el seno de todos nosotros, intentando dar solución a lo que no tiene ni solución ni explicación. Esto se escapa a la razón humana y entra en la locura; en la sinrazón.
Tras estas preguntas sin respuesta, reflexioné sobre la era de la comunicación tan absurda en la que vivimos. Una persona a través de las redes sociales nos cuenta hasta en el momento en el que va al baño, nos describe detalladamente el estado de animo en el que se encuentra en ese preciso momento, intenta interaccionar en cualquier momento con sus "amigos" de facebook, instagram o la red social que utilice y en cambio a Andreas Lubitz le dan la baja médica y no existe un sistema de comunicación interna entre centro de salud y empresa, que comunique la imposibilidad que tiene esta persona para trabajar en ese día. ¿Estamos utilizando bien la tecnología que tenemos a nuestra disposición? 
En este caso en particular e independientemente de la dolencia del sujeto: ¿qué una persona se coja la baja sólo depende de la honradez de esta de entregar el parte médico a su empresa? Creo que si la tecnología tiene que servir para algo es para mejorar los procesos de comunicación. Hacer nuestras vidas más fáciles y que nuestros gobiernos y nuestras empresas puedan trabajar con mayor eficacia, rapidez y mejorando siempre la calidad de vida del ciudadano. En cambio, veo todos los días como los tramites con las organizaciones gubernamentales son cada vez más tediosos y bananeros. Y digo bananeros porque cada vez me recuerda España más a una República bananera cuyo objetivo es tener entretenida a la población generando tramites absurdos y colas y colas y colas interminables.
En países tan intervenidos como los europeos, tiene que ser una prioridad para sus gobiernos la integración de la tecnología en los procesos de comunicación, desde una baja laboral hasta un alta de una nueva empresa. Sólo los gobiernos generaran el impulso necesario para esta integración de empresa y sociedad.
Mi más sentido pésame para todas las victimas de esta locura. DEP